A través de la Convención Ramsar, principal autoridad intergubernamental encargada de los humedales en el mundo, Chile designó dos nuevos ecosistemas de importancia internacional para formar parte de esta entidad ambiental. Estos nuevos “Sitios Ramsar” -como son determinados los componentes de la convención- son los Humedales de Monkul (1380 hectáreas) y el Humedal del río Limarí (527 hectáreas), desde Salala hasta su desembocadura.
Estas designaciones corresponden a las realizadas por los gobiernos del mundo que son partes contratantes en la Convención de Ramsar debido, principalmente, a su importancia como reservas de agua, por ser lugares que concentran mucha biodiversidad y por ser determinantes en el funcionamiento de los ecosistemas.
Cabe mencionar que Chile forma parte de la Convención Ramsar desde 1981, siendo el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, en la región de Los Ríos, el primer Sitio Ramsar declarado a nivel nacional (27 de julio de 1981).
En cuanto a los dos nuevos sitios designados por Chile, los Humedales de Monkul, ubicado en el sector costero de la Provincia de Cautín, Región de la Araucanía, alberga 171 especies de plantas, incluyendo especies endémicas y vulnerables como el mañío hojas largas (Podocarpus Salignus). También cuenta con al menos 134 especies de animales, incluyendo 80 especies de aves acuáticas y 13 especies migratorias, además de especies vulnerables como la nutria del mar (Lontra Felina).
El sitio es fuente esencial de subsistencia a través de la pesca y la caza para las comunidades indígenas mapuche que habitan en la zona desde épocas precolombinas. Entre las principales amenazas al humedal se encuentra la canalización para la expansión de la ganadería y el cambio en uso de suelo a consecuencia de la creciente actividad agrícola y forestal.
Por otro lado, el Humedal del Río Limarí, situado en la región de Coquimbo, forma parte de una red de humedales costeros del norte de Chile que incluyen estuarios y aguas marinas poco profundas. Es un sitio de gran importancia debido a su amplia biodiversidad biológica sustentando a más de 130 especies de animales y plantas. Provee hábitat para especies endémicas entre las que se encuentran 32 especies de plantas, como el copao (Eulychnia Acida), y 16 especies de animales, incluyendo la lisa (Mugil Cephalus), la iguana chilena (Callopistes Maculatus), el cururo (Spalacopus Cyanus) y el sapo de Atacama (Rhinella Atacamensis), una especie clasificada como vulnerable según la lista roja de Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El lugar es de singular valor ecológico por ser hábitat de reproducción, refugio y alimentación de un número importante de avifauna nativa y migratoria, y ser fuente de alimento y agua para las comunidades aledañas, sin embargo, ha sufrido las presiones de la deforestación, erosión y las descargas de basura y contaminantes químicos.
Hasta antes de esta importante designación, en Chile se habían declarado como tales un total de 13 ecosistemas, de los cuales 9 están a cargo de Conaf, 3 son administrados por privados y 1 se encuentra bajo la administración del Ministerio del Medio Ambiente.
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