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El origen de la actual segregación de la educación chilena y la crisis de la educación pública

El profesor de Educación General Básica con Mención en lenguaje y comunicación, Erik Araneda Ortega, vuelve a escribir para la sección Voces en la Lucha de TomateRojo.cl. Esta vez problematiza sobre las raíces de la crisis de la educación pública.

En el año 1981 el 78% de la matrícula se concentraba en escuelas públicas, de esta manera en Chile se planteaba un sistema educativo con un fuerte pilar público y en menor medida un complemento privado, situación que se da hoy en día en gran parte de los países de la OCDE.

Pero progresivamente desde el año 1981, la matrícula municipal sufrió una caída hasta representar el 57,8% del total en 1990. Por tanto a esa fecha Chile poseía un sistema educacional mixto con preponderancia pública.

En el año 2008, por primera vez en la historia de Chile, el porcentaje de matrículas en los establecimientos particulares subvencionados es más alta que los municipales.

¿Cuáles fueron las principales causas de esta abrupta caída en la matrícula de establecimientos públicos?

Es evidente que los datos anteriormente expuestos demuestran empíricamente que las políticas educacionales derivadas de la municipalización y privatización por medio de la subvención del Estado a la educación particular subvencionada, desencadenan que el modelo educativo chileno se convierta paulatinamente en un sistema privado con un complemento público.

A esto es necesario agregar el dato de la disminución de 626 escuelas municipales y un aumento de 2.901 escuelas particulares subvencionadas, entre los años 1992 y 2010.

Desde estas cifras muy bien expuesta en el estudio “El desalojo de la educación pública” de Fundación Sol (2011), podemos inferir el cómo progresivamente se acercó la educación chilena al paradigma economicista que durante años la ha dejado como uno de los sistemas educativos más desiguales, segregadores y con poca calidad, de Latinoamérica.

Destrucción de la educación pública rural

Los establecimientos educacionales estatales (que en un principio dependían directamente del Estado) quedaron a merced de las municipalidades y sus criterios de distribución de recursos. Esto justificó la idea de cerrar y fusionar una cantidad considerable de establecimientos públicos, dando la oportunidad de la apertura a escuelas particulares subvencionadas y privadas, las cuales se ubicaron en sectores urbanos de alta concentración de matrícula. Nuestro sistema de financiamiento de la educación depende fuertemente de la matrícula y asistencia (a mayor matrícula, mayores recursos), por lo tanto, aquellos establecimientos que carecían de estos factores (en su mayoría rurales) estaban destinados a ser cerrados bajo una lógica economicista, e ignorando el rol de la escuela como centro cultural e intelectual de una comunidad, lugar e instancia donde se lleva a cabo la autopoiesis de la sociedad circundante.

Con este proceso de cierres y fusiones de establecimientos públicos rurales, y aperturas de escuelas particulares y particulares subvencionadas en áreas urbanas, la educación rural quedó casi destruida y desfinanciada.

crisis de la educación pública
Crisis de la educación pública en Chile.

Lógica economicista imperante

Progresivamente se dio la lógica economicista en la educación: a mayor matrícula, mayores recursos; y a mayores ingresos de los apoderados, mayor calidad.

Esta lógica no sólo aumentó la brecha entre establecimientos privados y públicos en cuanto a infraestructura, recursos educativos y perfeccionamiento docente, sino que también segregó aún más la sociedad chilena. Los y las estudiantes eran seleccionados mediante criterios (económicos, sociales, académicos, entre otros) establecidos por cada establecimiento educacional. Problema que se ha intentado solucionar con el nuevo sistema de admisión escolar (sistema que ha generado críticas, pero es discusión de otra publicación).

Es lamentable que hoy aún exista el estereotipo de «malos» o «buenos» colegios de acuerdo a pruebas estandarizadas o la selección de estudiantes. Lógica que en ningún país con sistemas educativos ejemplares, es posible. Más aún cuando la destrucción de la educación pública ha sido orquestada por ideologías segregadoras y conservadoras, y ningún gobierno «progresista» ha logrado detener. Sembrando así un falso fundamento para aquellos que critican la educación pública.

Resultados PAES 2023, evidencia del abandono de la educación pública

19 de los 20 colegios con mejores puntajes en la PAES 2023 son privados. Y sólo 3 son de regiones. La educación pública en Chile ha sido abandonada dese hace décadas. Y el problema real no es que existan establecimientos educacionales privados con recursos estratosféricamente dispares a los públicos, ni tampoco es el gasto fiscal en educación. Cómo dato, Chile en Educación Básica y Media, destinó 6,5% del PIB el 2019, mientras que países de la OCDE destinaron en promedio el 4,9%.

El problema está en el fin último de nuestra educación pública, aún no definido ni unificado; está en las directrices que tenemos como nación en esta área, directrices de un paradigma educacional economicista, instrumentalizador y segregador que aún no logramos desraizar.

La crisis de nuestra educación pública no se soluciona implementando más medidas prusianas y punitivas para el control de la disciplina, ni enseñando mayor conocimiento sin preocuparse de lo neuroemocional (lo hemos comprobado durante décadas); ni menos volviendo a la selección de estudiantes. El camino está en repensar la forma en que se hace educación en el país. Entender el daño ideológico que se ha realizado a nuestra educación pública durante décadas. Enseñar a pensar por sí mismo, enseñando desde la mente del que aprende, educando para la vida, con la vida y por la vida. Reconociendo y dignificando los esfuerzos de miles de docentes de establecimientos públicos, entregándoles los recursos educativos, infraestructura y herramientas didácticas y perfeccionamientos que tanto han anhelado y exigido desde hace tanto tiempo.

El pedagogo John Dewey consideraba la escuela como el lugar y la instancia donde se realiza la autopoiesis de la sociedad que la alberga (una sociedad embrionaria). Debemos entonces darle a nuestra educación, y por ende a nuestra escuela pública, la relevancia que merece, más aún si buscamos un cambio social importante.

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