Ya comenzó la demanda judicial sin precedentes interpuesta contra Shell en los tribunales de Países Bajos. Sus audiencias públicas tienen por fecha el 1, 3, 15 y 17 de diciembre en La Haya. En caso de obtener un dictamen favorable, el tribunal obligaría a Shell a reducir sus emisiones de CO2 en consonancia con el Acuerdo de París sobre el clima.
Amigos de la Tierra Países Bajos (Milieudefensie) está a la cabeza de la demanda. Donald Pols, su director, espera que el veredicto entregue justicia. “Esta es una demanda única que podría tener consecuencias significativas para el clima y la industria de los combustibles fósiles a nivel mundial. Confiamos que el veredicto final del tribunal obligue a Shell a acatar las metas climáticas internacionales y deje de impulsar el cambio climático”.
La demanda contra una de las empresas más contaminantes y poderosas del mundo cuenta con el apoyo de 17.379 co-querellantes de Países Bajos; cerca de un millón de personas de 70 países; y seis organizaciones más: ActionAid, Both ENDS, Fossielvrij Países Bajos, Greenpeace Países Bajos, Jóvenes Amigos de la Tierra Países Bajos y Waddenvereniging.
¿Qué dice la demanda?
El juicio comenzó oficialmente en abril, cuando las organizaciones ecologistas entregaron la citación judicial para iniciar el proceso judicial. En concreto pretende forzar a la multinacional petrolera a que reduzca su actividad emisora de gases de efecto invernadero un 45% para el año 2030, en línea con los compromisos globales para cumplir el Acuerdo de París para intentar no sobrepasar los 1,5ºC de calentamiento global sobre los niveles preindustriales.
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Objetivo de la demanda contra Shell
Para Pols, el objetivo de la demanda está claro: “Se trata realmente de “El Pueblo vs. Shell”. “Una empresa que se ha salido con la suya y ha logrado maquillar de verde sus actividades durante demasiado tiempo. Esta demanda dejará en claro que más del 95% de lo que hace Shell está provocando la emergencia climática. Y hay que ponerle freno lo antes posible».
Durante décadas, Shell ha tenido conocimiento de que sus actividades de explotación de combustibles fósiles destruyen el clima; pero aun así prosigue con sus planes de expansión de sus operaciones con combustibles fósiles mientras destina un ínfimo porcentaje de su cartera de inversiones a energías renovables. Los querellantes sostienen que Shell está violando su deber de cuidado y que representa una amenaza para los derechos humanos. Esto ya que socava a sabiendas las oportunidades del mundo de mantener el calentamiento por debajo de 1,5°C.
Además, acusan a Shell de violar los Artículos 2 y 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos: el derecho a la vida y el derecho a la vida familiar.
Momento histórico
“Este es un momento histórico porque hay muchísima gente que nos apoya”. Ha declarado Cristina Alonso, responsable de Justicia Climática de Amigos de la Tierra en España. “Las grandes multinacionales invierten mucho en convencernos de sus políticas verdes y muy poco en hacerlas realidad. Hasta que no consigamos que acatar con su responsabilidad climática deje de ser voluntario, no estaremos haciendo todo lo posible frente a la emergencia climática. Al igual que en el caso de Urgenda, este litio será determinante para nuestro futuro”.
En el histórico caso de Urgenda contra el Estado de Países Bajos en 2019, el tribunal de apelaciones de este país sentó precedente al dictaminar que el no logro de las metas en materia climática representa una violación de los derechos humanos. El tribunal ordenó al Estado de Países Bajos reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero al menos un 25% antes de finales de 2020. Una sentencia favorable en esta demanda obligaría a Shell a reducir sus emisiones de CO2 en un 45% antes de 2030 en comparación con los niveles de 2019.
Sara Shaw, coordinadora internacional del programa de Justicia Climática y Energía de Amigos de la Tierra Internacional, ha afirmado: “Shell se está tomando muy en serio esta demanda y así lo deberían hacer todas las grandes empresas, ejecutivos, miembros de directorios e inversionistas que destruyen el clima. Un puñado de 100 empresas son responsables de la gran mayoría de las emisiones a nivel mundial, y el movimiento más amplio de litigios por el clima está a punto de lograr finalmente que las grandes empresas rindan cuentas y que la ley les exija cambiar. Durante demasiado tiempo las grandes empresas de combustibles fósiles han continuado con sus negocios como siempre, lo que conlleva impactos devastadores para los seres humanos y el medioambiente, especialmente del Sur global. Si queremos albergar alguna esperanza de evitar una catástrofe climática es imprescindible ejecutar urgentemente una transición justa que nos libere de los combustibles fósiles”.
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