La reciente promulgación de la Ley 21660 o Ley Pompón, destinada a la protección de las turberas, ha generado preocupación entre defensores ambientales y habitantes de la isla de Chiloé, debido al posible impacto ecológico de su extracción. El ‘Sphagnum magellanicum’, conocido como ‘Pompón’, es un tipo de musgo presente en estos humedales que lo convierte en un aliado poderoso ante el cambio climático y la crisis hídrica actual en la isla. La intranquilidad radica en el artículo 4 de la ley, que según ambientalistas, abre la puerta a la explotación del musgo. Además, la ley designa al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) como responsable de la fiscalización para efectos de la ley; sin embargo, los expertos advierten sobre la escasa capacidad presupuestaria y de gestión que tendría el SAG.
Por Yulianna Sepúlveda y Danilo Bravo
Entre los diversos ecosistemas presentes en el sur de Chile, las turberas destacan por su relevancia en términos de biodiversidad y servicios ecosistémicos. Estos humedales se forman en áreas frías y lluviosas, donde habita el musgo mejor conocido como pompón. Para entenderlo mejor, el pompón es la capa superficial o lo que se puede ver a simple vista de todo el ecosistema de la turbera. Este actúa como una esponja de agua y carbono, destacando su importancia en tiempos de crisis hídrica. Este musgo es vital para la regulación de la química atmosférica, ya que funciona como un gigantesco sumidero de carbono, almacenando cerca de un tercio de todo el carbono del suelo del planeta y que solamente abarca entre un 4 y 5 % de la superficie terrestre. Además, las turberas almacenan aproximadamente el 10% del agua dulce disponible del planeta, desempeñando un papel crucial en la regulación hidrológica y la preservación de la calidad del agua.
En Chile, estas formaciones se encuentran principalmente en el sur del país, abarcando extensas áreas que se extienden por las regiones de Los Ríos, Magallanes y la Antártica Chilena, con una propagación aproximada de 10,684,000 hectáreas. “Son unos sistemas naturales bien complejos, pero que tienen una tremenda importancia desde el punto de vista de su organización por la conservación hídrica. Es lo más importante de las turberas“, señala Andrés Meza, ingeniero forestal de CONAF.
Historial de la ley
Fue en 2018 cuando los senadores Carmen Gloria Aravena, Alfonso De Urresti, Francisco Chahuán, Ximena Órdenes y la ex legisladora Carolina Goic quienes en ese momento eran parte de la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales, ingresaron una moción parlamentaria para la protección ambiental de las turberas. Este texto fue aprobado por el Senado en octubre de 2019 y luego modificado de manera sustantiva por la Cámara de Diputadas y Diputados en abril de 2022. Entre las modificaciones propuestas destacan la prohibición total de la explotación de las turberas en todos sus niveles y la imposición de multas que oscilaban entre las 2 y las 50 unidades tributarias mensuales (UTM). Esta nueva propuesta emanada por la Cámara baja fue rechazada en su totalidad por el Senado en su Tercer Trámite Constitucional, dejando la definición del contenido del proyecto de ley a una Comisión Mixta.
Durante la sesión de Comisión Mixta, la Ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas e Ignacio Martínez, quien es asesor legislativo del Ministerio, respondieron las preguntas de los Senadores y Diputados sobre el plan presentado por el comité científico para resolver la discusión. Una de las consultas que fue realizada por el Senador Sergio Gahona, quien preguntó:
“¿La ley protege todas las turberas o ¿solo las del sur de Chile?”.
Ignacio explicó que si bien la ley brinda protección a las turberas en general, el enfoque de manejo sustentable establecido en el artículo 4 se aplica únicamente a aquellas turberas que generan grandes cantidades de turba y que cuentan con la presencia de musgo sphagnum o pompón. Por lo tanto, las turberas que no producen turba no estarían cubiertas por esta ley y estarían sujetas al artículo 41 de la ley 21600, que prohíbe la alteración física de los humedales y se requiere un permiso para cualquier modificación. La propuesta del comité incluye una actualización de este artículo, solicitando la presentación de un plan de manejo sustentable como requisito previo para realizar alteraciones en el humedal.
Reacciones ante la aprobación
Posteriormente, durante el mes de enero, organizaciones ambientales de Chiloé expresaron su preocupación ante la inminente aprobación del proyecto de ley a través de una carta dirigida al Presidente Gabriel Boric. En esta detallaron las razones por las cuales creían que se debería efectuar un veto presidencial, argumentando que el proyecto no tomaba en cuenta las necesidades específicas del Archipiélago de Chiloé en cuanto a su abastecimiento de agua, y manifestaron su preocupación por los daños irreversibles causados por la extracción de pompón, principalmente dirigida por empresas extranjeras. Además, criticaron el modelo de desarrollo propuesto en la ley, que parecía sacrificar zonas como Chiloé, así mismo, señalaron la preferencia de las autoridades por medidas temporales, como el uso de camiones aljibe, en lugar de soluciones efectivas. Finalmente esta petición no fue tomada en cuenta por el Presidente, quien promulgó la ley de todos modos.
Álvaro Montaña, geógrafo y miembro de Defendamos Chiloé, quienes son parte de las organizaciones que firmaron la carta dirigida al Presidente Boric, expresa que “no es algo factible, ya que los recursos naturales que se intentan manejar suelen terminar siendo explotados de manera indiscriminada“. Montaña señala como ejemplo el caso del bosque nativo, donde destaca una pérdida alarmante en el sur de Chile, especialmente en la región de Los Lagos, con una tasa de desaparición de dieciséis canchas de fútbol de bosque al día. En este contexto, sostiene:
“Si esto sucede con los bosques nativos, es aún más probable que ocurra con el musgo pompón, componente crucial de las turberas, el cual queda sujeto a una explotación regulada por planes de manejo según la ley vigente”
Así mismo, Marcela Ramos, integrante de la comunidad La Melga Chiloé, señala que no hay fundamentos para la extracción del pompón, puesto que no hay investigaciones en cuanto al tiempo real de recuperación que tendría después “si hay información científica, pero está en contra de esto, ya que las turberas demoran miles de años en formarse y componen un ecosistema muy complejo”, además menciona que no es sustentable sustraer esta planta, puesto que se rompe la cadena trófica, se liberan gases de efecto invernadero y el pompón no se regenera lo suficiente.
Para comprender la dinámica del mercado del pompón, el sitio Estadísticas Forestales, vinculado al Ministerio de Agricultura, recopila datos sobre las exportaciones e importaciones de productos forestales en Chile. Según un informe publicado en 2018, se observa que el principal destino de estas exportaciones es Asia, con países como China, Japón, Indonesia y Corea del Sur, destacando especialmente Taiwán como uno de los mayores compradores, de hecho, hasta el año 2018, Taiwán representaba el 59,9% de los envíos, consolidándose como un mercado significativo para el pompón chileno.
Se utiliza comúnmente en jardinería y viveros, pero también se utiliza como aislante térmico, piso orgánico, filtro, entre otros. Algunas de las empresas que extraen el musgo son Alpha Moss, que la vende como sustrato para orquídeas y acondicionador de suelos, y Lonquén Chile, que en su página web promociona los distintos formatos en los cuales uno puede adquirir el musgo Sphagnum.
Buscando ejemplos en el exterior, en Europa, la comisión ambiental de la Unión Europea (UE) ha levantado su voz, exigiendo a Irlanda poner fin a la extracción de turba en áreas designadas para su conservación. A pesar de los esfuerzos, que se remontan a 2011, la extracción persiste y las medidas de cumplimiento flaquean. La Comisión ha emitido advertencias formales, instando a Irlanda a acatar las medidas sugeridas. Sin embargo, la UE considera que las políticas irlandesas para mitigar la extracción, como la indemnización a los agricultores de la turba, son insuficientes y actualmente se presentó un recurso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. El panorama actual es complejo a nivel ambiental, con la degradación de miles de hectáreas de turberas y una extracción indiscriminada que ha generado un desastre ecológico, liberando emisiones elevadas de carbono y otros contaminantes atmosféricos al usarse la turba como combustible.
Andrés Meza y Álvaro Montaña coinciden en una preocupación fundamental: la extracción del ‘Pompón’ es altamente problemática y cualquier intento de manejo sustentable podría ser insuficiente. Ambos expertos señalan la falta de capacidad para cumplir con los planes de manejo por parte del SAG y la necesidad urgente de mejorar la tecnología y los recursos humanos para proteger este valioso recurso natural.
En un llamado unánime, instan a detener la extracción del ‘Pompón’ y a implementar medidas efectivas de protección. Su mensaje es claro: el futuro de estos ecosistemas cruciales depende de una acción decidida y responsable por parte de las autoridades y la sociedad en su conjunto.
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