Columna de Prensa Chiripilko para TomateRojo.cl. La situación campesina – temporera en el Maule es preocupante y acá te lo dejan en datos.
La precariedad y abandono social de los temporeros es una realidad a nivel nacional y regional. Según el INE, desde 2006 a la fecha se promedia un total de 120.000 trabajadores agrícolas en el Maule, siendo en su mayoría temporeros que en los meses de noviembre, diciembre y enero entregan su sudor y sangre en las cosechas, packings y demás labores del campo chileno. Las cosechas y embalaje en packings de cerezas, arándanos y otros frutos son los principales productos que enriquecen a los grandes terratenientes quiénes exportan la fruta a países imperialistas como China, EE.UU. y demás potencias.
El siguiente gráfico muestra la tendencia a incremento de las masas que se vuelcan a trabajar al campo, con pequeñas excepciones (como la pandemia de Covid-19):
Tal como se ve, entre la temporada 2006 – 2007 a la temporada 2013 – 2014 se registra un alza de un 47,38% de campesinos pobres, medios y temporeros; siendo el promedio de trabajadores entre 2006 a 2020 de 120.050 trabajadores.
Algunas de estas personas se desempeñan como temporeros durante todo el año. En primavera – verano trabajan principalmente en las cosechas de frutas, principalmente con la modalidad de “a trato” o en los packings donde se recibe un sueldo base más bonificaciones por asistencia y producción; y en otoño – invierno los trabajos son principalmente “al día”, con labores como poda y otros trabajos agrícolas. Otros son temporeros sólo en la temporada de cosecha, tal como en el caso de estudiantes, dueñas de casa u obreros que durante el invierno se dedican a los estudios, la labores domésticas o a trabajos de construcción y similares.
En noviembre de 2019, la región del Maule registraba una cantidad de 535.323 trabajadores “ocupados”, de los cuales 125.812 están vinculados al agro. De ellos, se presume (ya que la información debe ser menor a la realidad) por las cifras otorgadas por el INE que un 64,12% serían temporeros:
Las condiciones laborales de los temporeros son extremadamente precarias. La mayoría trabaja sin el amparo de un contrato y si de por sí esa situación bajo condiciones “normales” hace la vida muy difícil. Ahora más en tiempos de pandemia, donde el viejo Estado anunció que no entregará el IFE Universal y se la “jugará” por prolongar y entregar sólo el IFE Laboral, donde la mayoría de los temporeros no podrán recibir dicho bono de ayuda en tiempos de crisis económica. La razón es que el IFE Laboral considera sólo a quiénes no contaran con contrato por 3 meses antes de septiembre y que luego hayan sido contratados formalmente y se les paguen sus cotizaciones desde septiembre de 2021. Tal como evidenciáramos, la mayoría de los temporeros no cuenta ni contará con contrato con el cual postular por lo que el campesinado en general quedará fuera.
Después tenemos a las pocas personas que logran contrato. Ellos son contratados bajo la modalidad de “por faena”, contrato legal que da la facultad al empleador a declarar que la faena puede terminar en cualquier momento y, por tanto, el trabajador queda cesante. Estos contratos pueden durar tanto como meses como un par de días, lo que imposibilita tener antigüedad laboral y el pago regular de las cotizaciones previsionales entre otros problemas. Casos de temporeros que han muerto y ni siquiera han indemnizado a sus familias también se registran en el Maule y en todo Chile.
Otras amenazas existentes como baños insalubres o inexistencia de ellos en los campos, intoxicación con alimentos entregados por el empleador, no pago de horas extras, acoso laboral y sexual hacia compañeras por parte de jefes y patrones son las precariedades a las que se enfrentan los temporeros en la actualidad.
<h2 class=”p1″>Concentración de la tierra en pocas manos y semifeudalidad</h2>
Esta precariedad va de la mano con la desigual repartición de la tierra. En Chile, los latifundistas que representan el 0,89% de los propietarios agrícolas, concentran el 74,49% de la tierra según los datos de Oxfam de 2016:
Podemos afirmar que unos pocos terratenientes han concentrado la tierra mientras que miles de campesinos no poseen ninguna tierra. Entre ellos los temporeros, y los que tienen es muy poca.
Siendo Chile un país semicolonial y semifeudal, entre los temporeros esto se expresa con un sistema de servidumbre que, bajo distintas modalidades en pleno siglo XXI mantiene aspectos de la feudalidad. Una de esas es el trabajo gratuito, donde un ejemplo son los casos de campesinos y temporeros que viven en los fundos, debiendo cuidar y mantener las instalaciones y siembras sin que se les pague por ello. Otro caso es el pago en especies, donde se paga total o parcialmente con productos agrícolas y no con dinero. Todo esto permite que la clase terrateniente viva como parásito a todo lujo a costa de la miseria y opresión sin límites del campesino, hundiendo al pueblo al atraso y al hambre. Latifundio y servidumbre se han mantenido como pilares de la organización social, política y económica de Chile.
Hay quienes se han confundido creyendo que el sistema vivido en Chile, especialmente en el campo, al no tener la clásica modalidad del feudo es, por tanto, capitalista “clásico”. Sin embargo, el establecimiento del salariado, la adopción de máquinas no borra el carácter feudal de la gran propiedad. Perfeccionan, simplemente, el sistema de explotación de la tierra y de las masas campesinas.
<h2 class=”p1″>El campo refleja el capitalismo burocrático y la opresión imperialista</h2>
Vemos como el problema campesino es problema nacional, problema de las mayorías, lo que entre los temporeros se expresa en que casi la totalidad de la fruta cosechada son exportadas a las grandes potencias imperialistas, llevándose la riqueza nacional y dejando sólo los desechos y las sobras en Chile. Según los datos de Simfruit plasmados en los siguientes gráficos de su elaboración, países como China, EE.UU., Canadá, Inglaterra y otros países europeos se apoderaron del 86,3% durante la temporada 2019 – 2020.
Los principales productos exportados fueron la fruta fresca, donde la cereza, la uva de mesa, las paltas y los arándanos fueron los cuatro frutos más exportados.
Los principales productos exportados fueron la fruta fresca, donde la cereza, la uva de mesa, las paltas y los arándanos fueron los cuatro frutos más exportados.
Los principales productos exportados fueron la fruta fresca, donde la cereza, la uva de mesa, las paltas y los arándanos fueron los cuatro frutos más exportados.
La “agroindustria” nacional devela que el capitalismo que se desenvuelve en Chile depende del imperialismo, por tanto no es un capitalismo “clásico”, sino uno atrasado, sin desarrollo industrial y principalmente exportador de materias primas: un capitalismo burocrático.
Las clases dominantes que amasan grandes fortunas gracias a que se han transformado en sirvientes de las potencias imperialistas, dueñas del capital y la tierra son la gran burguesía y los terratenientes, enemigos del pueblo y en especial de las masas obreras, campesinas-temporeras. A raíz de esto surgen las siguientes preguntas:
¿Cómo se expresa este saqueo y explotación en, por ejemplo, la temporada de cosecha de la cereza? ¿Qué tan real es la explotación y desigualdad en el campo? ¿Qué condiciones hacen necesaria un nuevo movimiento temporero?
<h2 class=”p1″>Las ganancias de los latifundistas crecen, los sueldos de los temporeros no</h2>
Tal como evidenciáramos anteriormente, la principal fruta producida y exportada es la cereza. Dos de las mayores empresas dedicadas ello son “Garcés Fruit”, cuyo propietario es el terrateniente Hernán Garcés y la empresa “Grupo Prize”, siendo su propietario el terrateniente Alejandro García Huidobro. En entrevista con el medio monopólico “La Tercera” con fecha 25 de Diciembre de 2021, estos dos latifundistas explicaron cómo es que exportan este fruto, los precios a los que lo venden y, finalmente, cuánta ganancia generan gracias a la venta de cerezas, especialmente con destino a China.
Según la entrevista, la exportación de cereza “mueve unos US$ 2.000 millones, lo mismo que el vino. Hoy, están en el peak de la temporada.”
Pero, ¿Cuánto dinero ganan los productores? Según Garcés, el kilo de cereza lo venden entre $8 a $12 dólares estadounidenses. “Y ello tiene un rédito directo (ganancia) en el productor. Si en otros frutos se pueden alcanzar retornos de un dólar o menos, las cerezas dejan entre US$ 3 a US$ 4.”
<h2 class=”p1″>Y, ¿cuánto ganan los temporeros que cosechan la fruta?</h2>
Los precios de pago no han variado mucho respecto de temporadas anteriores. La propia experiencia durante esta temporada 2021 y 2022, más una encuesta realizada por nuestras RR.SS. arrojan lo siguiente:
Existen 3 recipientes más usados para cosechar que son las bandejas o cajas (Tote), los tarros y los capachos.
En el caso de las cajas, su llenado es de 9 a 10 kilos, la que generalmente es pagada al temporero por $2.500 pesos.
En el caso de los tarros, su llenado es apróx. 5 kilos, el que es pagado generalmente por $1.400 pesos.
En el caso de los capachos, su llenado es de 4 a 5 kilos, los que son pagados generalmente por $1.300 pesos.
Dichos datos arrojan que, en promedio, los temporeros de la cereza ganan $263 pesos por kilo.
Comparado con los temporeros, los productores ganan un valor excesivamente diferente.
Tomando los valores con los que cerró el dólar en Diciembre de 2021 y Enero de 2022, que en promedio nos muestra un valor de $830 pesos un Dólar estadounidense, los terratenientes venden el kilo de fruta por alrededor de $9.960 pesos, teniendo una ganancia (rédito directo) de unos $3.320 pesos.
Es decir, mientras el temporero gana $260 pesos por kilo, el latifundista gana $3.320 pesos.
Si consideramos que cada bin hace alrededor de 240 kilos de cereza, la ganancia del latifundista es de unos $796.800 pesos por cada gran contenedor.
<h2 class=”p1″>Las pocas leyes que protegen al temporero no se respetan</h2>
En materia laboral, las leyes contenidas en el Código del Trabajo, Reglamento Sanitario y otros que competen a los temporeros muchas veces son ignoradas o poco aplicadas por los empleadores.
Según la propia Dirección del Trabajo (DT), sobre las medidas de seguridad laboral, dice claramente que es responsabilidad del empleador “suprimir cualquier factor de peligro que pueda afectar la salud o integridad física de los trabajadores.” Además de “mantener las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales.” Incluso es clara al momento de establecer que los costos de los elementos de protección personal para la ejecución de las labores deben pagarlos únicamente los empleadores, junto con el adiestramiento necesario para su correcto empleo.
Sin embargo, la realidad es muy distinta. En el número 97 de la edición impresa del periódico El Pueblo, en la sección campesinos hay dos notas donde compañeros de la región de Ñuble denuncian que muchas veces no se dan los implementos de seguridad ni protección, no se dispone de agua potable, con baños sin aseo y en mal estado. También en Colchagua se denunciaba que “Las condiciones de trabajo son peligrosas y la fiscalización es un chiste”. Condiciones que se repiten también en el Maule y otras regiones del país.
Respecto a la cosecha de cereza y otras frutas, el uso de escaleras muchas veces en mal estado ha generado resultados fatales, donde el pasado 26 de noviembre un joven de 24 años falleció tras caer de la escala mientras cosechaba cerezas en un fundo ubicado en Sagrada Familia, Maule.
Y la fiscalización a los transportes es casi nula, donde múltiples accidentes mortales han ocurrido esta temporada, siendo el más grande el ocurrido en Peumo, Región de O’Higgins, donde el 29 de Diciembre de 2021 fallecieron 8 temporeros de nacionalidad boliviana tras chocar su furgón con un camión que transportaba escaleras cosecheras. Tras el accidente se evidenció que el furgón no cumplía con los estándares mínimos para trasladar personas.
En lo que respecta a los pagos, la propia legislación chilena evidencia que sigue atada a la feudalidad, donde la propia ley faculta a los empleadores para pagar no sólo con dinero sino también con “regalías”: “Se entiende por regalía el cerco, la ración de tierra, los talajes, la casa habitación higiénica y adecuada y otras retribuciones en especie a que el empleador se obligue para con el trabajador”.
Los horarios, también estipulados por ley (art. 34 Código del Trabajo), en muchas ocasiones se infringen siendo lo legal trabajar 7,5 horas diarias, con derecho a 30 minutos de colación, la cual no está contabilizada como trabajada, es decir, no es imputable a la jornada laboral. Tampoco se obliga a que el empleador pague la colación de los trabajadores.
Incluso hay una estipulación de cuantos baños deben haber según la cantidad de trabajadores, la que por propia experiencia se considera como insuficiente y que pocas veces se cumple:
Trabajadores | Excusados | Lavatorios | Duchas |
1 a 10 | 1 | 1 | 1 |
11 a 20 | 2 | 2 | 2 |
21 a 30 | 2 | 2 | 3 |
31 a 40 | 3 | 3 | 4 |
41 a 50 | 3 | 3 | 5 |
51 a 60 | 4 | 3 | 6 |
61 a 70 | 4 | 3 | 7 |
71 a 80 | 5 | 5 | 8 |
81 a 90 | 5 | 5 | 9 |
91 a 100 | 6 | 6 | 10 |
Tabla elaborada por la Dirección del Trabajo (DT)
<h2 class=”p1″>La explotación y abuso es real. La organización debe avanzar</h2>
Los datos que hemos entregado hacen evidente la desigualdad extrema y el abandono de los temporeros por parte de un Estado que está al servicio de los grandes empresarios, terratenientes, grandes burgueses y al servicio de las potencias imperialistas. No es un relato inventado ni cuentos fantasiosos para justificar el “revolver el gallinero”.
Es necesario entender que se requiere una organización de temporeros que luche por mejores sueldos, exigiendo que se respeten las leyes que ya existen y se implementen mejoras para la seguridad e integridad de campesinos y temporeros.
No obstante esto, la solución no vendrá de las autoridades ni de los patrones. La solución está en que los propios trabajadores agrícolas se levanten y luchen por conquistar mejoras laborales y contra los abusos.
En nuestra región, o al menos en la provincia de Curicó, Región del Maule, no se conocen organizaciones que agrupen y defiendan los derechos de los temporeros en base a la lucha, por lo que una de las tareas del momento es agitar y propagandizar la necesidad de crear una organización que promueva y defienda los intereses de los temporeros, partiendo por las demandas más sentidas.
Y con dicha organización levantando demandas reivindicativas, los esfuerzos de los temporeros deben procurar, además, levantar su demanda política más importante: ¡Viva la lucha por la tierra!
De a poco un nuevo movimiento campesino-temporero democrático crecerá, buscando remecer el país y principalmente el campo. Paso a paso se podrá sepultar a los patrones abusadores y terratenientes insensibles al dolor ajeno.
<h2 class=”p4″>Demandas del movimiento temporero y campesino</h2>
1- Mejoras salariales para temporeros y operarios de packings
2- Plazo definido de pagos
3- Horario de trabajo fijos
4- Reducción de jornada laboral
5- Entrega elementos de protección personal, no exposición a químicos y mejores transportes
6- Bonos de producción para trabajadores agrícolas
7- Agua potable en todos los espacios de trabajo y baños higiénicos
8- IFE Laboral para trabajadores agrícolas sin excepciones, con o sin contrato de trabajo
Estas demandas, como parte de las más necesarias se ligan con otras a más largo plazo.
Confiscar la tierra de la clase latifundista será un futuro paso importante no sólo para los temporeros y campesinos sino para todo el pueblo de Chile, ya que se avanza en una de las tareas de la revolución de nueva democracia.
Si el movimiento campesino es dirigido por la ideología y vanguardia del proletariado se podrá hacer entrega de tierra al campesinado luego de aplastar a la clase terrateniente y su Estado, permitiendo borrar para siempre la servidumbre y emancipando así al campesinado de las relaciones agrarias feudales. Podemos resumirlo en 3 puntos:
1. Destrucción del latifundio, reparto de tierra a los campesinos.
2. Confiscación o “expropiación sin indemnización”.
3. Ejecución por la fuerza, el poder popular.
Así, el pueblo podrá desenvolver la forma principal de lucha, especialmente en el campo y podrá generar su forma principal de organización, apuntando a derrumbar el viejo Estado y emancipar completamente a la clase obrera, campesina, intelectuales y demás clases que de corazón quieran colaborar con la revolución de nueva democracia.
Temporero, temporera: somos quiénes producen la riqueza. A levantar nuestra moral bien en alto.
¡La rebelión de los temporeros se justifica!
¡A organizar un gran movimiento de lucha en campo y ciudad por los derechos de los temporeros!
Comisión para constituir un Comité de Temporeros en Lucha, provincia de Curicó.
Tal vez también te interese: Día Internacional de la Lucha Campesina: sin campesinos no hay comida, sin soberanía alimentaria no hay futuro
<h2>Síguenos en redes sociales</h2>
Ver esta publicación en Instagram