El 17 de abril de 1996 en Brasil durante la segunda conferencia de la Vía Campesina, movimiento campesino internacional, fueron asesinados 19 campesinos del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). Es por esto que esta fecha se conmemora el Día Internacional de la Lucha Campesina. Para honrar y visibilizar a las tantas y tantos campesinos que han muerto en la lucha por la recuperación del campo.
Y es que tras las pugnas del siglo XX por la recuperación de la tierra, “el campo para el que lo trabaja” y las consecutivas “contrarreformas agrarias”, que volvieron a concentrar las tierras en unas pocas manos, llegamos al Chile del siglo XXI con un campo precarizado. Uno sin estructura política orgánica y con un pobre apoyo del Estado para subsistir. Y nos referimos a los pequeños campesinos y la agricultura familiar, aquellos que alimentan a un tercio de la población. Los que cultivan y preservan variedades locales de hortalizas, frutas y verduras. Y los primeros afectados por el cambio climático.
A eso habría que sumar el envejecimiento progresivo de campesinas y campesinos, quienes que realizan una tarea no menor: producir alimento, base de la vida. “Los agricultores en Chile son personas de edad avanzada, entonces también son más susceptibles al virus. La edad promedio de un usuario de INDAP es de aproximadamente 57 años”, mencionó Eve Crowley, representante de la FAO en Chile en el marco de la realización de la charla La alimentación: un problema durante y post pandemia por covid19, realizada en mayo de 2020 por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile.
Situación campesina en Chile
En el Día Internacional de la Lucha Campesina, hay que hacer un diagnóstico de lo que en Chile pasa. Campesinas y campesinos sin propiedad sobre las tierras y envejeciendo; temporeras y temporeros con bajos sueldos y sin derechos laborales y la presencia de capitales internacionales en la propiedad y producción de la tierra, presentan un escenario muy distante de la efectiva soberanía alimentaria. Es decir, el derecho de los pueblos y las comunidades a definir sus propias políticas agrarias, pecuarias, laborales, de pesca y de la alimentación, que sean ecológica, social, laboral y culturalmente apropiadas, como se estableció hace ya 25 años.
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“Antes de la crisis provocada por el Covid-19 el 14% de la población en Chile tenía inseguridad alimentaria moderada, es decir, 2,5 millones de personas que no tenían acceso regular a alimentos suficientes y nutritivos. Y el 2,7% o sea 600 mil personas padecían inseguridad alimentaria grave: estaban con déficit de calorías”. Fueron otras cifras que entregó Crowley en dicha charla, dando cuenta de la invisibilizada realidad con respecto a la alimentación saludable y su relación con el mundo campesino.
De la puerta del predio hacia adentro
En una nueva jornada de conmemoración y de acción por el Día Internacional de la Lucha Campesina, la Vía Campesina hace un llamado a los Estados para que se realice una verdadera reforma agraria popular para de esta manera recuperar la capacidad productiva nacional. “Arraigada en el sector de la agricultura campesina y familiar, a través de presupuestos del sector público, precios garantizados, créditos y otras formas de apoyo, incluyendo el apoyo a la comercialización directa entre productores y consumidores”.
Y es que, para el caso de nuestro país, pareciera que la política de apoyo del Estado se aplica desde la puerta del predio hacia adentro y para el caso de la pesca artesanal, de la playa hacia el mar. Dejando al arbitrio del mercado la comercialización, sin tomar un rol activo en el potenciamiento de la matriz agrícola y pesquera campesina, familiar, artesanal y cooperativa; que en nuestro continente han demostrado ser más sustentables, seguras, resilientes y efectivas al momento de brindar alimento a la población.
En este sentido la soberanía alimentaria más que un concepto es una forma de vida que prioriza la producción y consumo local de alimentos, lo que incluye la lucha por la propiedad de la tierra, el derecho al agua, la semilla y el bienestar del medioambiente y la biodiversidad.
Día Internacional de la Lucha Campesina: es tiempo de transformar
La disputa por el campo es una realidad y es un tema que involucra a toda la sociedad. A pesar de que nosotros, el 55% de la población que vivimos en ciudades quizás no vemos de forma directa esta realidad, sí participamos de la compra en ferias libres, consumismo en supermercados, habitamos suelos que antes eran agrícolas, sembramos en nuestros patios y plazas o consumimos productos locales.
La revuelta campesina en India hace unos meses es muestra de lo vigente de esta lucha que por un lado tiene las políticas de flexibilización y desprotección del mundo agrícola que permiten, por ejemplo, el ingreso de transgénicos y pesticidas nocivos para la salud socioambiental. Pero a la vez nos da cuenta de la fuerza y determinación de los productores de comida de los pueblos del mundo.
Las muertes de campesinas y campesinos, defensores del medio ambiente, indígenas y activistas que suceden con frecuencia en América, Asia y Oceanía son la cara más cruel de un conflicto del cual debemos hacernos cargo como sociedad por el bienestar de la vida. No solo nuestra vida, sino que del resto de las especies con las que vivimos.
Con la frase “estamos en casa, en nuestras comunidades, en la chacra pero no en silencio” la Vía Campesina hace un llamado a las campesinas y campesinos del mundo ha realizar una acción de memoria y resistencia en el Día Internacional de la Lucha Campesina. El llamado es a prender velas blancas digitales para recordar a las distintas campesinas y campesinos muertos por querer instalar una forma de vida sustentable, soberana, agroecológica, solidaria y justa.
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