El Senado de Brasil aprobó TLC con Chile, que llevaba tiempo en discusión y en este país ya tenía sus detractores. Con ello solo restaría la tramitación para que entre en vigencia en ambos países. Este TLC se firmó en 2018 por Sebastián Piñera y por el gobierno de Michel Temer, en sus últimos días de mandato. Esto fue en agosto del 2020 con una discusión igual de rápida que su negociación, el Senado de Chile ratificó el tratado.
Brasil aprobó TLC con Chile: opiniones de las organizaciones
Este Tratado de Libre Comercio de nueva generación se aprobó sin estudios de impactos y sin discusión. La situación fue denunciada por la Plataforma Chile Mejor sin TLC y la Red Brasileña para la Integración de los Pueblos, REBRIP. Esta última organización declaró en 2018 que “los tratados de libre comercio tienen como principal consecuencia la reducción de la soberanía política de los pueblos y mejores condiciones para el capital trasnacional. No queremos que ésa sea la forma de la supuesta unión entre Brasil y Chile, puesto que de esta forma solo perderán los pueblos. Nos oponemos tajantemente”, sostuvieron en una declaración conjunta.
Lucía Sepúlveda, integrante de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas Chile (RAP-Chile), ante la noticia de que Brasil aprobó TLC con Chile, señaló que el documento “impulsará aún más el libre tráfico de venenos como el acefato, paraquat, entre muchos otros. Ya que Brasil fabrica como genéricos estos plaguicidas peligrosos, prohibidos en Europa y los exporta amparados en la baja total de las normativas sobre plaguicidas que impuso este gobernante en su país”.
Sepúlveda también indicó lo que podría pasar si Chile decidiera dejar de importar estos productos dañinos. “Con la lógica de protección de inversiones si Chile prohibiera el ingreso de esos plaguicidas peligrosos las transnacionales que fabrican agrotóxicos en Brasil, tales como Bayer-Monsanto, pueden demandar a Chile. Ello según la disposición de protección a las inversiones que presenta”.
Tal como han apuntado en otros tratados distintas organizaciones de Brasil y Chile reclaman sobre los contenidos vacíos y no vinculantes. Contenidos en aquellos capítulos del tratado que apuntan a parecer progresistas. “Contienen puro verso, los capítulos bonitos sobre género, derechos laborales, sobre PYME, pero en la realidad eso no es vinculante, lo único que vale es la reducción de soberanía de nuestros pueblos y las ventajas para el capital asentado en ese país”, concluyó Lucía.
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