La visita de los monarcas de Noruega a los dos países vecinos levantaron manifestaciones contra ellos en el canal Beagle. No obstante, lo que los reyes nórdicos hacían era más que un paseo protocolar: querían extender su industria salmonera al sur del mundo.
El canal Beagle se halla en la Patagonia argentina y chilena, y hoy está amenazado por la inminente llegada de salmoneras a la zona. Tanto así que las comunidades de Ushuaia (parte oriental del canal) y de Cabo de Hornos (parte occidental) han tenido que estrechar lazos por la protección del Beagle.
Argentina y Noruega
En marzo del año pasado los reyes de Noruega, Harald V y Sonia, hicieron una visita oficial a Argentina. Durante su estadía en el país, los monarcas firmaron un convenio con el Ministerio de Agroindustria. ¿La razón? Impulsar el Proyecto de Acuicultura Nacional.
Y es que a la firma del proyecto le prosigue el estudio de aguas del canal Beagle por parte de Innovation Norway, una empresa estatal dedicada a la innovación y desarrollo de la industria noruega y compañías de ese país. Así las cosas, al estudio determinará la factibilidad para establecer centros de cultivos de salmones.
“Este acuerdo es el primero de los que queremos concretar, ya que el proyecto es poder extender la colaboración bilateral acuícola en otras provincias argentinas”, señaló el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere.
El rechazo de Ushuaia
Ushuaia es una ciudad que está ubicada en el archipiélago de Tierra del Fuego, al sur de Argentina. Debido a que la bordea el canal Beagle, una de sus principales fuentes económicas es el turismo.
En la actualidad el canal posee lanchas y distintas embarcaciones que hacen excursiones turísticas para recorrer islas y reconocer la fauna característica de la zona. Sin embargo, la presidenta de la Asociación Manekenk de Ushuaia, Nancy Fernández, asegura que la salmonicultura “de forma indirecta podría disminuir el turismo”.
El Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia es una red internacional que aúna organizaciones civiles -tanto de Argentina como de Chile- para la preservación de los mares del Cono Sur.
La coordinadora del Foro, Alexandra Sapoznikow, ratifica los dichos de Fernández. “La salmonicultura iría en contra de la principal actividad que es la turística; ya que por un lado tendría un impacto estético sobre la actividad turística. Pero también al contaminar las aguas tendría un impacto directo sobre la fauna, que es el principal motivo de los paseos que se hacen en el Beagle”.
Pero la posible llegada de criaderos de salmones no solo afectaría al turismo; los fiordos dedicados a la acuicultura laceran fuertemente al medio ambiente.
“Al tener muchos salmones confinados en un solo lugar, tenemos todos los residuos de sus heces, de su materia fecal. Esto es materia orgánica extra que se agrega al sistema y que en cantidades excesivas el mar no llega a desintegrar. Entonces se va acumulando en el fondo, lo que hace es que haya una falta de oxígeno en el mar producto de este extra de materia orgánica y que entonces los peces que vivan en el fondo terminen muriendo”, señala la coordinadora del Foro a El Mostrador.
Sapoznikow indica otras causas contaminantes como los antibióticos dados a los peces. O también la comida excesiva que se tira al mar para que los salmones puedan alimentarse, o las jaulas que las empresas abandonan cuando el sector en que se produce está saturado de materia orgánica (heces) y/o antibióticos.
A pesar de las manifestaciones que quieren frenar el asentamiento de la salmonicultura en el canal Beagle, tanto el gobierno de Tierra del Fuego como el gobierno de Macri han mantenido un mutismo sepulcral.
“El gobierno de Tierra del Fuego en un principio dijo que no estaba en agenda. Luego se llamó a silencio porque está en campaña electoral y no le conviene hablar del tema”, explica Fernández de Asociación Manekenk.
Sapoznikow, por su parte, señala que “las autoridades se muestran muy reacias a darnos audiencia para discutir el tema, no están receptivas al dialogo sobre este tema. Los concejales de la ciudad de Ushuaia han sido los únicos receptivos y que se han declarado en contra de la salmonicultura y han apoyado nuestras movilizaciones”.
Magallanes entra en el conflicto
Tal como el 2018 en Argentina, este año los monarcas noruegos hicieron una visita oficial a Chile, también en marzo. Cerca del final de su estadía en el país, los reyes, junto con una comitiva de empresarios, visitaron Puerto Williams. La manifestación de los magallánicos fue inmediata: no quieren una empresa salmonera en la zona.
El conflicto con la salmonicultura está hace años presente en el sur de Chile. Situaciones problemáticas no han faltado, como la fuga de casi 700 mil salmones de las jaulas de la noruega Marine Harvest, en Puerto Montt.
Según IndexSalmon en la región de Magallanes hay 125 concesiones ligadas a la Agrupación de Concesiones de Salmónidos. Es más, en abril el alcalde de Cabo de Hornos requirió al Servicio Medio Ambiental (SMA) la caducidad de 13 concesiones en la zona.
Las comunidades de Cabo de Hornos – Puerto Williams y de Ushuaia han estrechado lazos por un futuro incierto enclavado por sus propios gobiernos centrales.
“En este canal del Beagle se ha firmado un tratado de paz y amistad, de cuando casi fuimos a una guerra por las islas del canal. Ese tratado dice que los países no pueden realizar actividades que afecten a la calidad de vida del otro país. Este es un caso conjunto. Entonces, desde el Foro estamos articulando con las comunidades locales para poder incidir de forma más efectiva en el gobierno de Argentina y Chile” finaliza Sapoznikow.
Sigue leyendo
Presentan más de 100 recursos de protección contra el TPP-11