A pesar de la lluvia y el frío, la música, organizaciones y resistencia, no faltaron en la realización de la marcha contra la central Rucalhue, que finalizó con corte de ruta en el puente que une Santa Bárbara y Quilaco, sobre el río Biobío.
Este domingo 7 de agosto, las comunidades defensoras del Río Biobío se reunieron en la entrada de la comuna de Santa Bárbara con motivo de detener la instalación de la central Rucalhue. La protesta se da un año después de la gran manifestación que puso en la mesa la negativa a la instalación de la central de paso de la empresa china Three Gorges Corporation.
A pesar de la lluvia y el frío, la música, organizaciones y resistencia, no faltaron en la realización de la actividad, que finalizó con corte de ruta en el puente que une Santa Bárbara y Quilaco, sobre el río Biobío.
La marcha fue convocada “en oposición a la construcción de la cuarta central hidroeléctrica que compromete nuevamente a nuestro gran e histórico Biobío, y que busca también intervenir por primera vez al prístino río Quilme”.
¿Por qué protestan contra la central Rucalhue?
La zona tiene ya tres centrales instaladas y en este momento está siendo amenazada con la concreción de tres nuevos proyectos. La central Rucalhue, en concreto, significaría un atentado directo para las comunidades en dos aristas: agua y deforestación. Además, en el proceso de resistencia a su instalación, ya han sido protagonistas de amedrentamientos y violencia contra comunidades que se han manifestado contrarias a su instalación.
Según se indica en el Enviromental Justice Atlas, uno de los aspectos cuestionados es que el titular informa consecuencias en un tramo limitado del río, invisibilizando daños en la cuenca a propósito de dichas actividades extractivas múltiples. “Asimismo, el EIA no considera la fragmentación del ecosistema fluvial, que conlleva a que especies como los bagres nativos estén en peligro o que la Carmelita de la Concepción ha desaparecido entre el tramo en que se ubican las centrales Pangue y Ralco”.
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