Un reportaje del medio Mongabay indagó en la presencia de salmoneras en las áreas protegidas por el Estado chileno. Este reveló que 5 áreas protegidas tienen en su interior cultivos de pisicultura, los que suman 416 proyectos todos ellos emplazados en las costas patagónicas, en las ultimas 4 regiones del país. Esto representa casi el 30% de más de 1.400 concesiones otorgadas para el funcionamiento de estos cultivos.
La empresa que más proyectos posee es Salmones Multiexport S.A. cuya cifra asciende a 51 proyectos; con 50 le sigue Australis Mar y cierra el podio Exportadora Los Fiordos LTDA con 47. Otras 29 empresas también son dueñas de concesiones en áreas protegidas.
Salmoneras en áreas protegidas
Son 5 las reservas que tienen presencia de esta industria dentro de sus limites, siendo la Reserva Forestal Las Guaitecas quien se lleva la mayor carga. 317 concesiones emplazadas en las costas del archipiélago que la conforma, las cuales pasaron por un cuestionable proceso de evaluación. La acompañan en la lista la Reserva Nacional Kawésqar con 67 concesiones; el Parque Nacional Alberto de Agostini con 19; y las áreas marinas protegidas de los fiordos Patipalena-Añihue y Comau-San Ignacio de Huinay con 8 y 5 respectivamente.
Otra área declarada como reserva por la Unesco es la bahía del Cabo de Hornos, la cual cuenta con 4 proyectos en trámite.
El permiso de funcionamiento lo otorga la Subsecretaría de pesca (Subpesca), esta debe aprobar la solicitud a menos que el emplazamiento de un cultivo contravenga los motivos de creación del área en cuestión. Frente a esto la Corporación Nacional Forestal (Conaf) ya ha realizado reclamos frente a Contraloría pues no considera procedente que se exploten especies exóticas dentro de áreas protegidas. Sin embargo, hasta ahora la contraloría no ha objetado la legalidad de alguna de las concesiones otorgadas.
En total son 105 faenas activas de salmoneras en áreas protegidas, las demás concesiones se encuentran otorgadas pero no están en funcionamiento. Mientras las 19 emplazadas en el parque Alberto de Agostini se encuentran en plan de reubicación posiblemente dentro de la Reserva Nacional Kawésqar.
Consecuencias de la industria salmonera
La industria salmonera constituye un riesgo a la biodiversidad única de esta zona del planeta debido a distintos factores. El primero es la gran cantidad de antibióticos y antiparasitarios usados por esta en Chile, siendo tal que algunos países han reducido drásticamente el consumo de salmones provenientes de esta región. Esto genera que vayan quedando residuos de estos en el ambiente y así se afecte al desarrollo de la vida autóctona.
Otro gran problema generado por las salmoneras en áreas protegidas es la hipoxia, la cual es causada por el agotamiento del oxigeno en el ambiente. Lo que sucede es que las heces del salmón funcionan como un abono que fomenta la aparición de algas con un corto periodo de vida. Luego de morir caen al lecho marino donde se desarrollan bacterias que agotan el oxígeno disponible y producen un blanquimiento del lecho marino.
Finalmente cada tanto han existido fugas desde las jaulas de las industrias introduciéndose sin ningún control salmones al ecosistema de las costas patagónicas. Así actúan como depredadores de algunas especies marinas y por ser introducidos nadie actuá como sus depredadores.
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