Las madres de los presos de la revuelta que mantenían una huelga de hambre desde el miércoles 27 de octubre han decidido deponer su movilización. Esta tenía como fin interpelar a quienes solidarizan con su lucha y a las y los parlamentarios que deben tramitar el proyecto de Ley de Indulto General. La decisión surguió desde sus familiares, esto debido a “poca empatía del Senado para con nosotros”. Todo esto se dio a conocer en una conferencia de prensa realizada este 3 noviembre.
Durante el transcurso de la huelga las madres perdieron entre 4 a 6 kilos, y se había sugerido su traslado. A eso se sumó la noticia de que la comisión de Constitución volvería a revisar el proyecto de Ley de Indulto General para realizarle indicaciones. Según señaló el diputado Boris Barrera (PC), estas son herramientas que se usan para dilatar los proyectos, junto a lo que afirmó el respaldo como bancada a las familias. Además del diputado comunista, estuvo presente Alicia Lira, de la Asociación de Familiares de Ejecutados Políticos.
El rol del senador Pedro Araya
La responsabilidad fue achacada al senador Pedro Araya (ind), presidente de la comisión de Constitución, quien esperó a esta movilización para solicitar el ingreso de indicaciones. Junto a las acusaciones del diputado Barrera al senador se le interpeló por los familiares de los presos. Aludiendo al daño generado por la prisión injustificada. Con este fin le recordaron que su padre fue preso político y torturado en dictadura.
“El sabe que nuestros hijos no son delincuentes. Solamente salieron a luchar por un poco de dignidad” afirmaron en la instancia.
Llamado a jornada de protesta nacional
De esta manera finalizó la huelga de hambre de las madres de los presos de la revuelta. Sumándose el anuncio de una jornada de protesta nacional para el 18 de noviembre, por lo que se convoco a todas las organizaciones en trabajar para ella. De esta manera se busca demostrar que la movilización no termina y que la libertad de los jóvenes presos es una prioridad.
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