Reducir en un 55% las emisiones de CO2 para el 2030: esta es la nueva meta que se propuso la Unión Europea (UE), según anunció este miércoles la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La meta anterior consistía en disminuir las emisiones en un 40% en relación a los niveles de 1990.
“Reconozco que este aumento de 40% a 55% es demasiado para algunos y no suficiente para otros. Pero nuestro estudio de impacto claramente muestra que nuestra economía e industria pueden gestionarlo. Y así lo desean”, señaló Von der Leyen ante el Parlamento Europeo, según consigna el medio alemán DW.
Con la meta, la presidenta de la Comisión Europea espera que el continente se convierta en “climáticamente neutro” para el 2050.
Paralelamente, también coincidirían con las ambiciones del Acuerdo de París: limitar el aumento de la temperatura media global en 1,5 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales.
“No hay necesidad más urgente de acelerar que cuando se trata del futuro de nuestro frágil planeta. Si bien gran parte de la actividad mundial se congeló durante los cierres y cierres, el planeta continuó calentándose peligrosamente. Y lo vemos a nuestro alrededor: desde casas evacuadas debido al colapso del glaciar en el Mont Blanc hasta incendios que arden en Oregón hasta cultivos destruidos en Rumania por la sequía más severa en décadas. No llegaremos allí con un status quo. Tenemos que ir más rápido y hacer las cosas mejor ”, añadió von der Leyen.
La meta chilena
En su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés, constituyen los compromisos de cada nación firmante del Acuerdo de París para mitigar los efectos del cambio climático) presentada en abril de este año, el gobierno chileno se comprometió a dos grandes metas relacionadas con la emisión de gases: alcanzar el peak de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 2025 y lograr la neutralidad de carbono para el 2050.
Sin embargo, las críticas de organizaciones ambientales como Greenpeace no tardaron en llegar. Los activistas lamentaron la persistencia en la quema de combustibles fósiles y la omisión a zonas de sacrificio.
“En un contexto de pandemia y crisis sanitaria, vemos cómo la fragilidad ambiental está directamente relacionada con la vulnerabilidad de nuestra salud. Por lo tanto, una meta que condena a vivir a las personas en las zonas de sacrificio por 20 años más con el carbón, que hoy está generando peak de contaminación por ejemplo, en Quintero-Puchuncaví, no es aceptable”, mencionó la coordinadora del área de campañas de Greenpeace, Estefanía González.
A las críticas del manejo de emisiones se sumó el director de ONG Fima, Ezio Costa, en una carta enviada a La Tercera. “Lamentablemente, se compromete solo un 30% de reducción de emisiones al 2030 y se condiciona subir a un 45% en caso de ayuda financiera internacional. Nada se dice de la extracción de carbón o las zonas de sacrificio, ni tampoco se observa compromiso directo sobre el uso de leña, que ahoga a nuestras ciudades”, señaló el abogado.
