A comienzos de este año Jair Bolsonaro rechazó hacer la COP25 en Brasil. Los motivos eran varios pero el más potente y desafiante a la realidad era la negación al cambio climático. En ese contexto dos países llegaron a ponerle un salvavidas a la conferencia. Se trataba de Chile y Costa Rica, siendo el primero el país sede. Así, y junto al alzamiento de la figura de Piñera como un líder en materias medio ambientales, presidentes llegarían al país entre el 2 y 13 de diciembre.
Los gastos a repartir eran parejos. La conferencia se realizaría con una fuerte inversión pública, privada y empresarial. El total: 90 millones de dólares como uso máximo a la empresa Imagen Chile, encargada del evento. Sin embargo este acuerdo pende de un hilo. Debido al estallido social que sumió al país desde el viernes 18 de octubre, la versión 25 de la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas podría no realizarse.
Las presiones para ello vendrían desde dentro del país y desde fuera de él. Desde la Democracia Cristiana en la voz de la senadora Ximena Rincón, se pide la reubicación de la COP25. “Si bien no se pueden dejar de lado las decisiones sobre el medioambiente que se tomarán en la COP25, la situación del país requiere que nos aboquemos a Chile. (Que se realice en Costa Rica) es solo otro aeropuerto, pero la situación de Chile amerita que nos dediquemos a los temas de Chile, sin descuidar los temas medioambientales”, planteó la autoridad en conversación con La Tercera.
Al otro lado del mundo pero en sintonía la situación chilena, el diputado francés Alexis Corbiere hizo una solicitud. Esta se trataba de que Francia no asistiera a la COP25 si se realiza en Chile. En concreto el político pide que no estén los militares en las calles ya que es una decisión “desproporcionada e intolerable” de Piñera”. “No se puede hablar de ecología mientras que el Gobierno que se le dispare a su pueblo. El agua fue privatizada, la salud, la educación, el sistema de pensiones, que es también en contra de todo esto que el pueblo chileno está manifestando.
A pesar de los cuestionamientos, el Gobierno sigue en tono de no escuchar. Las gestiones de organización del evento a manos del Ministerio de Medio Ambiente continúan no se han detenido. Es más, estas continúan tal como deberían al faltar un mes para la convocatoria.
Parte de la cobertura especial de la Emergencia Social.
